Después de heredar un enorme piso en el centro de Barcelona (una «indecencia inmobiliaria»), Clara Montsalvatges decide reconvertirlo en un espacio donde cuidar a amigas que pasan una mala racha, ya sea profesional, amorosa o de salud. El verano llega, el espacio se vacía y en el piso de enfrente se instala una pareja de vecinos misteriosos que no tardarán en entregarse a desagradables discusiones a gritos. Un poco por miedo a la violencia y un poco por jugar, Clara convoca a su antiguo novio (de quien sigue dudando si es el hombre de su vida o una calamidad manifiesta) para que la ayude a «resolver» la situación mientras deciden qué hacer el uno con el otro. Tras una noche de risas interrumpida por golpes y alaridos, Clara terminará allanando el piso de enfrente y se convertirá (empujada por la curiosidad y en contra de su sentido común) en la confidente de su vecina, que la arrastrará a un remolino de vivencias donde los orígenes modestos se mezclan con la promesa del lujo, y donde el desprecio y la desconfianza compiten con la feroz alegría de las ambiciones, todo recorrido por la bendición y la pesadilla