Este libro intenta explicar los aspectos de la crisis contemporánea de la civilización occidental relacionados con la libertad del hombre. Una crisis que ostenta diversas manifestaciones, de las que Fromm destaca dos para sus fines analíticos: su expresión política (el fascismo) y su expresión sociocultural (la creciente estandarización de los individuos en las sociedades avanzadas). Ambas manifestaciones de la crisis no son más que formas colectivas de evadir la libertad.
Todo ello provoca varias consecuencias en el hombre de la moderna sociedad industrial: una autoconciencia de insignificancia personal, una sensación de soledad moral y la resignación a sacrificar su propia vida en virtud de poderes exteriores y superiores. En este sentido, no importa que el hombre actual haya conseguido liberarse de los vínculos de la sociedad tradicional y a la vez sentar las bases de una auténtica potenciación de las cualidades humanas: el análisis de Fromm va dirigido precisamente a esclarecer esta paradoja a través de un examen del significado de la libertad para el hombre moderno y de sus intentos de rehuirla.