En 1936 María Álvarez irrumpe en la vida de los Díaz Montero, herederos de un emporio jamonero y enfrentados políticamente. La relación entre ellos nunca se recuperará, tampoco el jardín de Encarnación, su madre, en el que las plantas languidecen sin explicación: se debilitan las rosas de Provenza, el narciso se desvanece... Lo que Encarnación no imagina es que su agostado jardín presagia la tragedia que asolará a su familia y a todo un país. Años después, Rafael Becerra, argentino en crisis existencial, decide afincarse en Madrid. Atrás quedarán su profesión, la mujer que alguna vez amó y su hijo.
Deberá enfrentarse al desafío de emigrar a la tierra de su abuela María, quien jamás hablaba de su vida en España. Ambos compartirán la lucha por sobrevivir y la irrupción sanadora del amor. Viviana Rivero vuelve a demostrar que es una auténtica maestra para la creación de tramas apasionantes y de personajes tan cercanos que se vuelven inolvidables.