A veces necesitamos perdernos para encontrar nuestro amor.Querida Alejandra: Desde el día en que te vi por primera vez en mi librería, supe que ibas a revolucionar mi vida. Con tus dudas, tus miedos, tu peculiar manera de considerarte no lectora. Con ese dolor y esa rabia que guardas desde hace años hacia un padre ausente. Pero también con tus colores, esos outfits imposibles, esa belleza que brilla fuera y dentro de ti, esa necesidad de comerte la vida a bocados mientras buscas un camino que seguir. Un camino que, por ahora, te aleja de mí y te lleva a Gran Canaria. Temo que no vuelvas y me dejes con mis libros, con mi abuelo, algo perdido sin ti. Pero, si el viaje sirve para que te encuentres y te reconcilies con la vida, aguantaré. Te esperaré. Sé que las relaciones a distancia son un riesgo y lo que yo te ofrezco no es mucho ¿Lo dejaría todo por ti ¿Volverás a mí Quién sabe, mi querida rubia, mi Álex. Una vez me preguntaste con qué palabra te describiría. Vértigo sigue siendo y será siempre mi respuesta. Adrián y Alejandra, el amor a los libros y a la vida, las incertidumbres de los veinte años y la herm