Los fundadores de Míseres construyeron sus casas en lo más alto de la sierra huyendo de la peste que asolaba en aquel tiempo el país. Había tan poco espacio en la cresta de las montañas que decidieron no desperdiciarlo haciendo calles, así que cuando un vecino quiere ir a visitar a su hermano tres casas más allá, debe pasar por el interior de las casas que hay entre las dos. En Míseres la gente no puede tener secretos. Sin embargo hay uno muy gordo, un gigantesco secreto que sólo un habitante conoce y está deseando compartirlo con alguien de fuera. Entren si se atreven.