Emoción e imaginación: el mundo personalísimo de Laura Ramos. Un mundo tiene el nombre de Nonú. En Nonú sucede la poesía de Laura Ramos, entre las montañas y los juegos de canica, tal como suceden las vidas, las historias. Hay quien llora y quien nace, quien recoge naranjas, quien cierra los ojos «como bolitas de cristal / o de serpiente» o marca con guijarros el camino a casa, al contrario que otros cuentos.¿Y cuáles cuenta Laura Ramos en Nonú? Dos poemas cada cual con su rumbo, justo así, unas veces cruzándose y otras bien lejos. Igual que él yo era una negociadora de la noche se titula como un verso de Anne Carson, y nos trae la historia de amor entre dos personas de dos mundos diferentes: el real, acaso el nuestro, y el mítico de Nonú. En sus distancias y en sus paradojas se canta sobre la maternidad, sobre el ecologismo, sobre la violencia como respuesta ante lo que se desconoce, y se canta desde la épica nueva y la respiración del romance. En otro sitio, con el eco del cancionero y sin abandonar Nonú, La verdadera estoria de la niña de goma presenta en el cuerpo la fisicidad del paisaje, y todo lo que rodea a quienes somos, y con su peso nos dice ante los demás. Un poema o un cuento o lo que Laura Ramos decida, sobre la enfermedad y el amor y la ternura, sobre la ficción como necesidad y refugio, sobre los relatos que ensayan otras posibilidades, con guías que no se leen pero se ven: Isabel Quintanilla, Leonora Carrington, Clara Peeters.Emoción e imaginación, poesía que es lenguaje y fábula, que inventa realidades o encuentra en esta otras con las que no contábamos: Nonú nos traslada al mundo personalísimo de Laura Ramos, una de las voces más prometedoras de la nueva poesía española.